Abrazado a tu silueta, que la penumbra de la noche y el brillo de la luna, formaban como sombra. Estabas ahí presente; te tome la mano y volamos al infinito donde solo tu y yo sabíamos estar.
Y no es que extrañe tu presencia, simplemente solo me invade el recuerdo de cuando solíamos mirar las estrellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario