Mujer sin cañones, que cuente las horas que hemos sido felices este mes y me proponga superarlo el mes que viene.
Mujer con risa, con rosa, en verso o en prosa, poema en mis manos, que rompa cada mañana el despertador. Que cuando bese dispare a matar.
Mujer catarata que caiga en mi boca, hecha de materiales amables, eternos como el calor en el sur.
Mujer de zancadas destino hacia el mundo, que pise descalza los sueños y baje de golpe a buscarme a mi abismo y me saque a bailar.
Mujer que deje que baje a su abismo y la saque a bailar.
Mujer imperfecta que sepa también aburrirse y acepte que no todo brilla en el mundo.
Mujer con perfume a Saturno, que limpie este mundo colgando su risa de un muro, que vibre si vibras, que coja mi mano a las 7 y se deje querer por la espalda.
Mujer que no quiera ser besada por partes, ni sexo cansado, que diga que hay prórroga y sea en su cuerpo.
Mujer sin rotondas, de vuelo raso y avenidas, directa a nosotros, sin salas de espera ni atención al cliente.
Mujer con un 95% de bondad y un 5% de rabia con remitente: A la atención del Consejo de Ministros.
Mujer sin atascos, que tenga las calles abiertas, con puesto y mercado y feria los viernes y fobia a los lunes.
Mujer que sepa decirme que no, mujer sin condiciones, que sepa romper estas normas, que sepa que esa es la única condición importante. Esa y lo de ser besada por partes. Ahí no transijo.
Mujer que me diga mira, esto es la calma, esto ya es nuestro, que tenga un aerolínea en los muslos y sepa salir a la calle a decir cállate a mis inviernos.
Mujer con tristeza al ver niños piojo, niños en hueso, hombre estropajo, que sepa de la generosidad, partir en dos una moneda.
Mujer contradictoria, que cambie si quiere. Mujer sin twitter o con twitter, con grietas o entera, marino o celeste, playa o montaña, pero conmigo.
Mujer sinfonía, de cuatro estaciones, que se llame caricia, mordisco y verano, que hoy tenga 30 y que a poder ser ya viva en mi casa.
Mujer imperfecta, que sepa que no está aquí para satisfacerme sino para vivirnos, bebernos, vibrarnos, caminarnos, navegarnos, aprendernos, participarnos, sobrevolarnos, torcernos y tratar de salir mejorados.
Mujer para soñarnos.
Mujer que sepa que sé que el amor no es un verbo de ida, que dar no es sólo un verbo de ida.
Mujer hecha de nube, con vistas al mar, paciente impaciente, que salga a cazar por las noches y vuelva con restos de mi amor en los colmillos.
Mujer que al mirarla nunca me recuerde a la palabra tarde.
Mujer inteligente que sepa que esto es sólo un poema y ella un milagro de carne y hueso, que esto es solo charco y ella un manantial. Que ella siempre será un millón veces mejor que las tonterías que pueda pedir sobre una hoja un poeta.
Una mujer que al verla me dibuje una sonrisa por dentro.
Eso es lo que buscaba. Eso es lo que encontré.
Marwan